La importancia de esta reflexión en el día del Educador de Párvulos

En el marco del Día del Educador de Párvulos, queremos compartir con ustedes la siguiente reflexión de la Doctora en Educación y Educadora de Párvulos, M. Victoria Peralta E. Nos parece pertinente hacer una reflexión respecto al rol de los Educadores y Educadoras de Párvulo en el acontecer nacional.

 

22 de noviembre: Día de la Educación Parvularia y del Educador de Párvulos: ¿Debemos festejar?

Desde los primeros días del mes de noviembre en todo tipo de instituciones: jardines infantiles, escuelas, Universidades, Institutos profesionales, se han iniciado los festejos relacionados con el nivel de educación parvularia y con el profesional, Educador o Educadora de Párvulos, en particular.

Este día fue creado originalmente con el nombre de Día de la Educación Parvularia1 ; luego, el decreto 785 de 1993 del Ministerio de Educación lo renombra a su forma actual, desde 1994 en adelante. Según el decreto supremo 437 de 1991 del Ministerio de Educación, la fecha escogida recuerda el decreto Nº 1.238 de 22 de Noviembre de 1945 del Rector de la Universidad de Chile, que crea la carrera universitaria de Educación Parvularia.

Analizando las actividades que se han constituido ya en una tradición en estos ya 19 años de celebración, sin dudas es un día grato en especial en quienes trabajan directamente con los niños y niñas, porque las familias reconocen su aporte a la educación de sus hijos, aspecto que sin dudas es loable y merecido.

Sin embargo, en otros niveles – los de toma de decisiones – las educadoras de párvulos parece que aún no hemos alcanzado los niveles de reconocimiento profesional especializado en la educación de niños y niñas, a pesar de los casi 150 años de existencia de este nivel en el país, considerando la creación de la primera Escuela de Párvulos pública en 1864, en Santiago.

Señalo esto, porque mas allá de la eterna discusión sobre el nombre del nivel y de nosotras, que muchos cambian por “preescolar”, “prebásico” y otras denominaciones que disminuyen y escolarizan el sentido del trabajo que se realiza en esta etapa, está la pregunta sobre qué lugar estamos ocupando en las diversas instancias normativas que se han creado en los últimos años, con motivo entre otros, de la nueva Ley General de Educación2. En efecto, en esta ley que crea el Consejo Nacional de Educación, la Agencia de Calidad de la Educación y la Superintendencia de Educación, quienes junto con el Ministerio de Educación tienen diversas funciones aplicables a todos los niveles, la constitución de dichos organismos muestra nuevamente que al parecer cualquier profesional puede saber de las materias propias de la compleja formación y gestión en la primera infancia.

Al igual que la anterior Comisión Nacional de la Infancia3, que careció de esta profesional en su constitución, parece que las instancias superiores del país, no consideraran que hay un saber propio y especializado en el campo de la educacióny de la pedagogía de la primera infancia, que no puede estar ausente de las grandes decisiones que lo afectan.

Por ello, nos hacemos esta pregunta sobre si debemos celebrar este día, y más cuando se han conocido las metas de ampliación de cobertura para el próximo año que son exiguas, comparando con lo implementado en el Gobierno de don Ricardo Lagos de 120.000 niños en todo el país, lo que se hizo sin ninguna reforma tributaria extra.

Sin duda, hay avances a nivel de las bases, ya que educadoras que a pesar de la instrumentalización y homogeneización que muchas medidas del sistema están haciendo sobre su trabajo, hacen su rol profesional, diagnosticando sus comunidades educativas contextualizando sus currículos en un trabajo de calidad que busca incorporar los sentidos de sus actores para favorecer sus potencialidades en ambientes de bienestar y de oportunidades.

Por ellas y los niños y niñas conque trabajan celebremos, pero debemos hacer algo para que el país y sus diversos autoridades, las de antes, las de ahora y las de mañana, nos tomen en serio. Para ello, debemos ser más profesionales que nunca, formarnos permanentemente, pero también tener voz con base científica en todos los ámbitos.

¡Feliz día colegas, ¡ veamos si podemos en la proximidad de nuevas elecciones comprometer a los sectores políticos a un actuar diferente para los próximos años.

Cariñosamente,

Victoria

 

1. El decreto supremo 437 de 1991 del Ministerio de Educación da ese nombre en su artículo único, aunque el título dice «INSTITUYE DÍA NACIONAL DE LA EDUCACIÓN PARVULARIA».
2  Ley N° 20.370 del 12 de Septiembre del 20093 Creada en el año 2006.

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